“Me he subido a mi mesa para recordar que hay que mirar las cosas de un modo diferente. El mundo se ve distinto desde aquí arriba.”Hoy quiero dedicar mi entrada a una de mis películas favoritas, El club de los poetas muertos, Una película cargada de valores, que trascienden de la esfera educativa para asentarse en nuestras vidas.
Carpe diem, o cómo vivir el momento teniendo siempre presente las consecuencias de los actos.
Constructivismo, o como aprender a través de las propias experiencias.
Motivación, o como hacer ver que todo es posible con esfuerzo y entrega.
Autoaprendizaje, autodescubrumiento, inconformismo....
Esta película nos deja ver, como un profesor, rompiendo con la metodología tradicional, y recurriendo a la innovación y a la creatividad, puede conseguir que sus alumnos perciban el aprendizaje, y la vida misma, de manera diferente.
Nos muestra la diversidad existente entre el alumnado. La importancia de conocerlos, y de hacer que ellos se conozcan así mismos, para de esta manera poder potenciar sus puntos fuertes. No todos somos iguales, y ello no nos hace mejores ni peores, simplemente necesitamos cosas diferentes.
Reflexionando sobre la misma, me doy cuenta de la importancia que tiene la figura del docente, y como sus enseñanzas pueden llegar a marcar al alumnado en la tomas de sus decisiones.
Por esta razón, los docentes tenemos que estar a la altura, y utilizar todas las herramientas a nuestro alcance para hacer de nuestros alumnos personas críticas, con capacidad de formular juicios de valor, de tomar sus propias decisiones.
Tenemos que dejar que sean creativos, que aprendan de las experiencias, que se equivoquen,que se conozcan, y descubran lo que les interesa en la vida.
Una película que todo docente debería ver. ¿Y vosotros, la habéis visto?.
¿Conocéis otras películas con el mismo trasfondo?.